Washington, 7 dic (Prensa Latina) Christopher Krebs, exjefe de ciberseguridad de Estados Unidos, dijo que resulta «corrosiva» para la democracia norteamericana la negativa que mantiene hoy el presidente Donald Trump a reconocer el resultado de las elecciones del 3 de noviembre pasado.
Creo que la confianza en los comicios se desgasta porque el jefe de la Casa Blanca no reconoce la victoria del virtual presidente electo, Joe Biden, dijo Krebs en una entrevista anoche con la cadena CBS.
Funcionarios electorales señalaron en reiteradas ocasiones que intentan convencer al perdedor de su derrota, pero para hacer eso, deben tener intermediarios honestos, y eso no existe en este momento, acotó.
Simplemente no estamos viendo evidencias de respaldo a estos reclamos de fraude y falta de seguridad, ni cualquier tipo de cosas en ese sentido, y nuevamente, es hora de seguir adelante, agregó Krebs.
Trump despidió a Krebs como director de la Agencia de Infraestructura y Ciberseguridad del Departamento de Seguridad Nacional el 17 de noviembre pasado, poco después de que el funcionario evaluara las elecciones de 2020 como las más seguras en la historia de la nación.
Krebs mantuvo su criterio en entrevistas y declaraciones desde entonces, y en un artículo reciente en el diario The Washington Post señaló que los secretarios de estado en Georgia, Michigan, Arizona, Nevada y Pensilvania, así como los funcionarios en Wisconsin, trabajaron horas extras para garantizar la seguridad del proceso.
Esa labor permitió que hubiera un registro de documentos que pudiera ser auditado o contado a mano, independientemente de cualquier software o hardware presuntamente pirateado, añadió el exfuncionario en el texto publicado por el Post.
En otro programa reciente en CBS, Krebs reiteró que las alegaciones de fraude electoral por parte de Trump eran una farsa, en particular las acusaciones infundadas de que las máquinas de votación estaban manipuladas por países extranjeros.
Sidney Powell, una abogada de Trump liberada del equipo legal del gobernante, presentó una teoría conspirativa de que los sistemas electorales creados en Venezuela a instancias del fallecido líder venezolano Hugo Chávez ayudaron a inclinar las elecciones estadounidenses hacia el virtual presidente electo.
Este infundio fue rechazado de manera tajante por el equipo demócrata y las autoridades de la nación bolivariana.